En una semana crítica para MLB, ¿Quién tiene mayor presión de llegar a un acuerdo?

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Rob Manfred, comisionado de la MLB y Tony Clark, Director Ejecutivo de la MLBPA
Rob Manfred, comisionado de la MLB y Tony Clark, Director Ejecutivo de la MLBPA

Los propietarios de equipos de Grandes Ligas y la Asociación de Jugadores ya no tienen tiempo para mantener sus desacuerdos si desean que la temporada 2022 inicie a tiempo

A más de 80 días del inicio del parón laboral de MLB, la situación de las negociaciones entre propietarios de equipos y jugadores no se siente más clara. Ciertamente, se han puesto de acuerdo en algunos puntos menos controvertidos como el bateador designado universal, pero el centro de las discusiones se ha mantenido prácticamente invariable.

El aspecto económico del juego, es decir, el inicio de la agencia libre en menos tiempo, la manipulación del tiempo de servicio, así como los salarios de jugadores y la creación de un suelo salarial, siguen siendo los puntos más difíciles de discutir. Aunque ha habido pequeños “avances” en cuanto a las ofertas realizadas por las partes, no deja de ser cierto que no sabemos si hoy, MLB y sus equipos están verdaderamente más cerca de un acuerdo con la Asociación de Jugadores en estos puntos.

Es importante tener en cuenta dos fechas claves que han sido mencionadas de forma repetida durante la última semana para asegurar que la temporada 2022 podrá iniciar a tiempo, el 28 de febrero y el 5 de marzo. La primera, es marca el día indicado por el propio Comisionado Rob Manfred, para que haya un acuerdo, señalando que si para ese día no existe un nuevo Convenio Laboral Colectivo (CBA por sus siglas en inglés), las esperanzas serán pocas para iniciar a tiempo la campaña. La segunda es la nueva fecha de inicio de los entrenamientos primaverales, día en que, para fines prácticos, se sabrá con claridad si tendremos béisbol a inicios de abril.

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Tomando esto en cuenta es propicio preguntarse quién tiene la mayor cantidad de presión para lograr un acuerdo lo antes posible dadas las circunstancias actuales, Rob Manfred como Comisionado de MLB o Tony Clark como Director Ejecutivo de la Asociación de Jugadores.

Del lado de MLB, Manfred representa los intereses de 30 equipos o en términos de dinero, de 30 grupos económicos que no quieren ni pueden darse el lujo de jugar nuevamente una temporada recortada (o retrasada), luego de que hace menos de dos años solo pudieron jugar 60 encuentros de temporada regular por el COVID-19, sosteniendo importantes pérdidas monetarias en el proceso.

En ese sentido, Manfred señaló la infame idea de que “tener un equipo de béisbol es más riesgoso que invertir en la bolsa”, lo cual no solo no se corresponde con la realidad de acuerdo con opiniones expertas, sino que demuestra que los propietarios andan detrás de asegurar ganancias por encima de cualquier cosa.

Adicionalmente, el actual Comisionado fue quien dio a conocer el parón laboral durante el pasado mes de diciembre, por lo que, en cuanto a imagen, ha sido la persona más expuesta dentro de estas negociaciones a la crítica de jugadores y fanáticos por igual. Con una imagen que de por sí ha sido criticada por las decisiones tomadas a lo largo de su tiempo en su posición, no queda duda de que mientras más se extienda la situación en MLB, peor queda parado Rob Manfred.

De su lado, Tony Clark ha llevado un mensaje que pudiese ser visto por propietarios y fanáticos como incendiario: “estamos preparados para lo peor”. ¿Debe ser esa la actitud de quien está en la mesa de diálogo?

Ciertamente, los jugadores han llevado la peor parte de las negociaciones más recientes de CBA, pero en discusiones que se presumen deben ser conducidas con buena fe y buscando el entendimiento (aunque sea de una manera agresiva en busca de beneficios para sus representados), apostar por el peor resultado no parece una gran estrategia de negociación.

Clark también corre contra el tiempo debido a que los jugadores de MLB han tenido que mantenerse entrenando fuera de los complejos deportivos de cada uno de sus equipos. Esto indica que, si eventualmente se retrasa la temporada, las probabilidades de entrenamientos recortados, podrían afectar el rendimiento de los jugadores, lo que es grave para los que se encuentran en años de arbitraje salarial, donde su rendimiento es todavía más valioso que en cualquier otro momento. Malas temporadas para estos jugadores, simbolizan problemas para sostener posturas sólidas en negociaciones salariales durante las discusiones en arbitraje.

Y por supuesto, luego del recorte salarial de los jugadores en la temporada 2020 por el COVID-19, habrá muchos que no se sientan cómodos con la posibilidad de que no se pueda jugar temporada completa y esto represente una nueva reducción de sus salarios.

En una posición tan complicada como la de Manfred y Clark, donde hay tanta presión para que todo salga bien, es difícil determinar quién está en una posición más vulnerable. Sin embargo, tomando en cuenta de que una mala negociación podría hacerle perder millones de dólares a los propietarios, Rob Manfred, sin duda alguna, es quien más debe pujar por una rápida resolución, ya que una renovación en su puesto podría depender de los resultados que alcance. Clark es apoyado por la mayoría de los jugadores, así que la presión que ejerce en su nombre simplemente lo hace quedar mejor, no importa si esto causa un eventual retraso a la temporada 2022.

Por Juan Arturo Recio / ESPN.com.do

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